El conjunto de los trabajadores y las capas populares de la sociedad no tenemos nada que celebrar el 12 de Octubre. El Imperio Español solo significó sufrimiento y muerte, tanto para los pueblos del actual Estado Español como para los diferentes pueblos americanos. En primer lugar, la ocupación española de América, la masacre de millones de personas y el sometimiento de muchos más con el fin de implantar un expolio sistemático y brutal de los recursos naturales del continente que a día de hoy, con formas diferentes (a través de la dominación económica ejercida a través de las grandes multinacionales), aún sigue presente, y es el responsable de miles de muertes al año y de la situación de miseria en la que viven millones de trabajadores latinoamericanos. El yugo que la oligarquía española impuso a los pueblos indígenas fue también brutal y desastroso para los pueblos de la península ibérica, que por un lado sufrían una explotación desmedida para asegurar recursos económicos para las expediciones, y que por otro, eran los que engrosaban las filas de los ejércitos con millones de jóvenes que murieron para enriquecer a un puñado de nobles que nunca pisaron América.
El 12 de Octubre no solo es el día elegido por el Estado Español como fecha para la exaltación de un patrioterismo que se asienta sobre la sangre, la dominación y el expolio de los pueblos, sino que también es el día en el que la extrema derecha sale a las calles por todo el Estado para realizar actos racistas, en los que se culpa a los trabajadores inmigrantes de la degradada situación socio-económica en la que nos encontramos. La profunda crisis que sufre el capitalismo está dando alas a la demagogia fascista en toda Europa, cuyo objetivo es enfrentar a los trabajadores, entre nativos e inmigrantes para desviar su atención y para hacer que los verdaderos culpables de esta situación, los empresarios y los estados, es decir, el sistema capitalista no sea el objetivo de su justa rabia.
En este contexto los diferentes estados de la Unión Europea lejos de atajar el problema del racismo lo potencian diariamente con políticas que reducen el gasto social (mientras regalan a la banca ingentes cantidades de dinero), con reformas laborales que privan de derechos a los trabajadores y facilitan su explotación por parte de los empresarios, con el acoso y la persecución de los movimientos políticos y sociales contrarios al sistema, con instituciones judiciales que dotan de impunidad a los fascistas que pueden exaltar el racismo e incitar al odio públicamente, impunidad que se desvela de forma particularmente desagradable en el caso de las frecuentes agresiones que protagonizan cada vez con mayor frecuencia. Uno de los puntales de estas políticas es la criminalización de la población inmigrante con políticas descaradamente racistas y xenófobas, buen ejemplo de las cuales es la reciente expulsión de romaníes por parte del gobierno Francés. En el caso del Estado español no podemos dejar de denunciar una política de inmigración (que han aplicado todos los gobiernos desde la llamada “Transición democrática”) extremadamente represiva y violenta, cuyo máximo exponente son los Centros de Internamiento de Extranjeros. Estos centros son campos de concentración para inmigrantes en medio de nuestras ciudades en los cuales cientos de personas son hacinadas mientras se prepara su expulsión, y que durante la espera son sometidos a multitud de vejaciones, violaciones sexuales y torturas.
En Valencia llevamos años aguantando los desfiles del partido fascista España2000 cada 12 de Octubre, y consideramos que es el momento de salir a la calle y demostrar que hay una alternativa a la dominación de los pueblos por parte de las multinacionales, a las políticas anti populares de los gobiernos y a la demagogia racista que enarbolan los partidos fascistas y que es tolerada por los grandes partidos que se autodenominan democráticos, el sistema judicial y los medios de comunicación oficiales.
Consideramos que los pueblos tienen que construir libremente y sin injerencias de ningún tipo su futuro, que el expolio y la dominación imperialista debe ser combatida hasta que desaparezca. Las razas no existen, las únicas barreras que nos separan de forma real son las clases sociales. Hay personas que trabajan y crean riqueza y otras que viven como parásitos del trabajo ajeno. Los trabajadores, independientemente de nuestra etnia o nacionalidad debemos unirnos para acabar con la explotación a la que somos sometidos por parte del sistema.
La lucha constante y organizada, contra el imperialismo y el sistema es el único camino, y la solidaridad entre los pueblos nuestra herramienta para construir la alternativa
12 de Octubre, nada que celebrar. Contra el imperialismo y el racismo, solidaridad y lucha de los pueblos. A las 18:30h en la Plaza Dr. Landete, Barrio de Ruzafa, Valencia.
Extraido de:http://lahoyaantifascista.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario