Enhorabuena: ¡el circo electoral ha comenzado y tú estás invitado a participar! Lo nunca visto llega a nuestras calles, mucho más sorprendente que la mujer barbuda o el mono equilibrista. Pasen y vean a los políticos que nos han reducido los salarios, que han recortado los gastos sociales sin tocar el presupuesto militar o la financiación a la monarquía, que han subido los precios de los transportes públicos, que permiten la corrupción y la evasión fiscal de los ricos y poderosos y que, en definitiva, están tratando de que los trabajadores paguemos una crisis que no hemos provocado. Y como colofón final, tú mismo podrás tomar parte en el show otorgándoles tu apoyo, como si nada hubiera ocurrido.
Por desgracia, los políticos no son unicamente payasos, son quienes gestionan nuestras vidas y sólo nos reclaman cada cuatro años con el único fin de que introduzcamos una papeleta con su nombre en una urna. Ese es su concepto de la democracia. Da igual el nombre del partido al que representen, los grandes sólo hacen lo que los pequeños no pueden. Después de varias décadas sufriendo su democracia, llegamos a la conclusión de que el problema es el sistema y los partidos minoritarios son parte de él. Su papel es darle una representatividad de la que carece. Votándoles, aceptas las reglas del juego parlamentario y lo legitimas. La única opción coherente frente al parlamentarismo es la abstención activa.
Desde el poder, a través de los medios, ocultan una realidad innegable: el abstencionismo es siempre la opción mayoritaria, por encima de cualquier partido. Existe un mito alrededor de la figura del abstencionista, que se nos presenta como una persona pasiva, individualista e irresponsable. Lo cierto es que, teniendo en cuenta la potente campaña a favor de la participación en las elecciones que realizan los medios de comunicación y con la que se nos adoctrina durante toda nuestra vida en la escuela, el hecho de tomar la decisión de no acudir a votar supone por sí mismo una acción consciente y decidida de no desear participar en el juego electoral, sea el razonamiento más o menos elaborado. Dando la vuelta al mito, bastante más pasiva es la masa despolitizada que acude cada cuatro años a introducir una papeleta en una urna por inercia social, sin mostrar un interés real por la problemática que le rodea.
El anarquismo defiende otro tipo de organización social, basada en el asamblearismo y la democracia directa. Para nosotros la abstención no es un fin, sino una consecuencia de actuar de forma coherente, sin delegar en nadie para resolver nuestros problemas.
Esta gran velada circense tendrá lugar el próximo 20 de noviembre. Puedes acudir con toda la familia y participar de forma activa, siendo un muñeco en manos de los titiriteros profesionales. Pero, desde aquí, te animamos a que tomes otra vía:
Autoorganiza tu vida, no delegues en nadie tu responsabilidad, participa y crea estructuras de base y empecemos entre todos a resolver nuestros propios problemas. Sólo así podremos alcanzar una sociedad verdaderamente libre e igualitaria.
¡¡¡Por la abstención, por la democracia directa, por la ANARQUÍA!!!
Extraido de: http://losincendiadores.wordpress.com/
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